Los números son incontestables. España se marcha de los Juegos
Olímpicos por la puerta de atrás con un empate, firmado en el trámite de
hoy ante Marruecos, dos derrotas, las de Japón y Honduras, sin ver
puerta en los tres encuentros y colista grupo D. Dicho de esta forma no
debería haber debate. La imagen de la selección de Milla quedó muy lejos
de lo esperado. Ni siquiera pudo colorear su actuación con un triunfo
ante Marruecos. La Rojita se apuntó la posesión del juego pero no
encontró la velocidad necesaria para romper la férrea defensa marroquí.
De hecho hasta los últimos minutos de partido no se vio a los españoles
volcados en la portería de Amsif. Y es que enfrente estaba Marruecos.
Tocada pero no hundida porque una derrota de Honduras ante Japón,
combinada con su triunfo, les metía en la siguiente ronda. Pero en
Cardiff se firmó pacto de no agresión y los marroquíes toman el mismo
camino que los españoles.
Luis Milla quiso premiar a Oriol Romeu y Azpilicueta en la última
cita olímpica. La cara de España no varió mucho. Quiso la pelota desde
el primer minuto pero padeció el mal de la velocidad de transición y eso
sosegó a Marruecos. Se limitó a apretar los dientes en la línea
defensiva y cuando se hacían con la posesión ponían todos sus ojos en
Barrada, un futbolista que tonifica a su selección. Si su posición no
era muy adelantada, el del Getafe cedía el testigo a Amrabat, pero el
delantero del Kayserspor, tosco pero con olfato, caía constantemente en
la trampa del fuera de juego.
De España no hubo noticias hasta la media hora de juego, cuando
Adrián se aprovechó de una certera y veloz combinación con Mata pero los
postes de las porterías de Londres han estado imantados al balón cuando
un español ha buscado el gol durante los Juegos. El disparo del
rojiblanco a la madera sirvió de aperitivo a un partido insulso hasta
ese momento. En el último cuarto de hora se vio un juego más vivo.
España se despojó tímidamente del peso de la eliminación y Marruecos
hinchó el pecho para buscar el tanto que diera esperanzas. Aunque en el
otro partido entre Japón y Honduras parecían haber firmado un pacto de
no agresión. Barrada la tuvo tras una buena combinación marroquí desde
la frontal y Oriol Romeu pudo estrenar el casillero de goles españoles
con un disparo desde la frontal.
La eliminación de España mantuvo intactos algunos rituales de Luis
Milla en estos Juegos Olímpicos. Como esperar al segundo tiempo para dar
entrada a Ander Herrera. Entró por su compañero de equipo Javi Martínez
para poner un punto de velocidad en ataque, pero fue Marruecos la
selección mejor plantada tras el descanso. Amrabat digirió por fin los
pasos a seguir para evitar el fuera de juego y la mezcló con su
velocidad para jaquear a la defensa española. Lo intentó de forma
individual con una vaselina que salió ligeramente desviada y después
tiró un gran pase a Barrera que obligó a De Gea a intervenir y desviar
con córner.
España no carburaba y el seleccionador español dio opciones a Tello y
Koke. El azulgrana no quiso abandonar la concentración tras el
fallecimiento de su abuelo y Millo le premió con unos minutos. Él
fabricó la primera oportunidad de España en el segundo acto con un
centro desde la izquierda pero Juan Mata, llegando desde atrás, no vio
puerta.
Cuando no hay nada en juego la presión libera a los futbolistas
transformándolo en ocasiones en genialidades, pero otras veces te
aplatana y te deja en mal lugar. Eso le pasó Adrián. Se quedó solo ante
Amsif y lo encaró con una combinación de vaselina y autopase. El
asturiano se picó e intentó resarcirse del fallo casi al final del
encuentro pero de nuevo el palo hizo acto de aparición para dejar
intacto el casillero de goles y dañada la imagen de España en la cita
olímpica.
Fuente: as.com
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