“El Valencia me lo ha dado todo, pero también me ha llevado a la situación actual. Manolo quiero irme, tienes que aceptar la oferta del Swansea. Ya no quiero jugar aquí”. Las palabras de Pablo fueron sinceras y directas en el despacho presidencial de Manuel Llorente. Cara a cara. Sin más testigos que el presidente y el jugador. Una vuelta de tuerca nueva al caso Pablo Hernández que se produjo ayer a primera hora de la mañana.
Como anunciaba ayer MARCA, Pablo estaba dispuesto a forzar la máquina para marcharse y este jueves dio la cara. Se personó en el despacho de Llorente y fue lo más sincero posible. Le pidió al presidente que le deje marcharse, que no le haga quedarse en el Valencia contra su voluntad. La respuesta del presidente fue diplomática. No hubo un ‘no’ rotundo por respuesta.
El máximo dirigente valencianista le dijo al jugador que se replantearía la situación. Que volvería a hablar con Braulio y con Pellegrino y en breve le daría una respuesta definitiva. El tiempo se agota ya que la primera convocatoria de Pellegrino está cerca. Lo que parece evidente es que decida lo que decida el presidente del club sobre el futuro de Pablo será complicado que pueda viajar con el resto del grupo al Bernabéu.
Mientras se decide el rumbo real de los acontecimientos, de cara al exterior la postura del Valencia es firme. No se vende. Estamos contentos con el jugador y no hay intención de vender, responden casi con el mismo discurso Manuel Llorente y Braulio Vázquez cuando se les pregunta con micrófonos delante.
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